Desde hace años transito el mundo el emprendedorismo social. En todo este tiempo he podido comprobar como su ADN está compuesto por la visión, la determinación incansable, la innovación y la pasión por transformar la realidad.
Definir el ADN es clave para cualquier organización social, cualquier compañía o incluso cualquier persona. Saber quiénes somos, qué nos guía, pero sobre todo qué es aquello que nos une, cuál es el sueño compartido y a dónde queremos llegar. Qué huella queremos dejar, a qué estamos llamados y a quiénes queremos convocar. Esa construcción personal y social nos permitirá también pensar en la articulación colectiva para un mejor país para todos.
Ese ADN será la guía y cimentará el capital social, económico y humano de cada compañía, organización o nación.
La tarea de cada uno ahora es descubrirlo….