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Laura Agosta y su camino a Tanzania….

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Laura es inquieta, alegre y menuda. Tiene una sonrisa que contagia, su pasión por descubrir contagia….su pasión por transformar también…

En este transitar por lugares distintos dejando de lado lo establecido, Laura se muda a Estados Unidos en el año 2010 para estudiar en la Universidad de Columbia, Nueva York. En esa Universidad tomó varios cursos sobre políticas sociales y empezó a interesarse por los temas vinculados a la protección infantil.

En el año 2011 surge la oportunidad junto con 5 compañeros de Columbia de realizar una consultoría para la organización Caucus for Children’s Rights (CCR), con base en Arusha con el objetivo de realizar el primer análisis de retorno de la inversión social de las mejoras al sistema de protección de niños y niñas en riesgo de abuso y maltrato en Arusha.

Caucus for Children´s Rights (CCR) busca impactar en la toma de decisiones de política publica a través de la investigación y de distintos programas de protección infantil.

-Laura, en qué consistió el trabajo de tu equipo?

Nuestro trabajo consistió en incrementar las herramientas disponibles para la organización con el fin de seguir luchando por una mejor situación de niños y niñas en situación de riesgo.

Nuestro equipo viajó dos veces a Arusha, Dar es Salaam (la capital de Tanzania) y Zanzíbar donde nos entrevistamos con cerca de 30 actores claves que nos proporcionaron información sobre el actual sistema de protección de niños y niñas. Finalmente, el equipo elaboró un informe que contiene claramente cuáles son los recursos y los costos necesarios para mejorar el sistema de protección de niños y niñas en situación de riesgo y abuso en Tanzania.

-Cuál fue tu primera impresión del país?

Tres cosas me impresionaron muy bien de Tanzania. Por un lado, es un país lleno de verde y de vida. La gente es sumamente amable y alegre, y uno no se cansa de ver hermosos paisajes naturales en aparente armonía con los habitantes de los pueblos y ciudades.

Por otro lado, me pareció percibir constantemente una sensación interesante de proactividad, de ganas de resolver los problemas que los aquejan, sin esperar únicamente que el Estado lo haga. Es gente luchadora, muy al tanto de lo que sucede en el país y en el mundo con ganas de salir adelante.

Y por ultimo, lo que mas me sorprendió fue cuan despiertos, alegres y maduros son los chicos con los que tuve el gusto de charlar. Tuvimos la oportunidad entrevistar chicos de escuelas primarias y secundarias de Arusha y quede sumamente impresionada con el grado de conocimiento acerca de los riesgos a los que en general están expuestos, del respeto con el que se tratan entre ellos y a sus maestras, y de las grandes aspiraciones que tienen para con sus vidas.

Cuál es la situación de los niños y niñas en Tanzania? Qué desafíos enfrentan?

Según un estudio de UNICEF de 2009, cerca del 75% de los niños en Tanzania son victimas de algún tipo de violencia física. El estudio también muestra que cerca el 30% de las niñas y el 13% de los niños experimentará alguna vez durante su niñez algún tipo de violencia sexual y que el 25% de las niñas y cerca del 30% de los niños están sujetos a algún tipo de violencia emocional antes de cumplir los 18 años.

Estos datos resultan más alarmantes, teniendo en cuenta que en Tanzania, más de la mitad de la población tiene menos de 18 años. Básicamente, en un país donde la mitad de la población son niños y niñas, más de 3 cuartos de las personas menores de 18 años, sufrió o sufrirá violencia en contra de su persona en algún momento antes de alcanzar la vida adulta.

Como se sabe, las consecuencias de abuso y maltrato en la niñez dejan secuelas físicas, psicológicas y de comportamiento muy difíciles de tratar y revertir en la vida adulta y se traspasan de generación en generación.

Cuáles son los mayores desafíos que encontraste en el lugar?

En el caso de la protección de los niños y niñas en Tanzania, percibimos que hay dos desafíos grandes. Por un lado, sigue siendo aceptado culturalmente cierto nivel de maltrato a los niños en las escuelas y las familias. Por ejemplo, el castigo corporal es una práctica que aún es legal en el ámbito escolar. Esto hace que muchas veces, situaciones de abuso o maltrato no lleguen a ser ni siquiera denunciadas por estas barreras. Asimismo, los problemas intra-familiares tienden a quedar dentro del ámbito de la familia por miedo a la discriminación, por cuestiones culturales y también por cuestiones económicas. Una madre, por ejemplo, es muy probable que sea reticente a denunciar maltrato o abuso por parte del padre de sus hijos o su pareja, por miedo a perder la seguridad económica que la presencia del hombre le proporciona. Esto no es muy diferente a los que pasa en muchos lugares de la Argentina.

Por otro lado, existe el desafío de cómo se propone la agenda en temas de protección a la niñez. Si bien todas las personas con las que hemos conversado acerca de esta problemática, especialmente quienes trabajan en el sector publico, son personas sumamente informadas y preocupadas por esta situación, lamentablemente muchos de los temas relacionados con la protección de niños quedan solapados frente a otras necesidades acuciantes del país, así como también quedan determinados en función a lo que otras organizaciones, como organismos internacionales u OSCs consideran importante. De esta manera, por ejemplo existe una ley de protección integral a los niños, que regula todas las etapas de proceso desde la denuncia, detección temprana y regulación de los hogares y adopciones, que si bien es una ley nacional (2009), aun no ha sido operacionalizada en los distintos municipios. Así es como el nivel de cumplimiento efectivo de la ley es muy bajo. Sólo por dar un ejemplo, la mayoría de los hogares de niños en Tanzania no están registrados en ningún registro público, por lo que lo que sucede puertas adentro queda a la mera voluntad de las organizaciones que los llevan adelante y nadie tiene una idea clara de que es lo que pasa.

Interesante es también ver, a nivel de política pública, como un país como Tanzania, profundamente dependiente de la ayuda internacional para cumplir con objetivos de políticas sociales internas, están muy expuestos  a las agendas de los organismos internacionales. Esto presenta el desafío extra de compaginar los objetivos de dichos donantes con los objetivos de desarrollo y alternativas nacionales.

-Qué fue lo que más te marcó de la visita?

Dos cuestiones se me hicieron muy visibles durante mi visita a Tanzania. Por un lado, cuan crucial resulta, cuando uno es un profesional del desarrollo en un país o en una realidad que no es la suya, el escuchar. Escuchar a las personas que trabajan todos los días con la problemática de interés y escuchar a los receptores de los servicios que se están estudiando. Para nosotros, fue vital tener información de primera mano de trabajadores sociales, médicos, responsable de hogares y ministros de desarrollo social, acerca de cómo veían ellos la problemática y como podíamos definir juntos, que era lo que se debía mejorar. El autismo con el que a veces ciertos proyectos se llevan adelante en países en vías de desarrollo, creo que mucho tiene que ver con esta falta de escucha y realmente considerar válidas las opiniones de quienes están trabajando día a día en la temática. Y, por supuesto, escuchar de primera mano la opinión de los niños y niñas con quienes conversamos, también es sumamente importante a la hora de pensar un mejor sistema para ellos.

En este sentido, la segunda cuestión fundamental es cuan importante es la perspectiva de genero en los proyectos de desarrollo. En los grupos focales, le preguntamos a niños y niñas por separado, cual era el actor en el que más confiaban en caso de una situación de violencia con un adulto en su entorno cercano. Los chicos dijeron que la policía era el actor más confiable, mientras que las chicas, catalogaron a esta institución como la menos confiable de todas, a la que acudirían solamente como última instancia. Estas respuestas me hicieron pensar mucho en que los proyectos deben tener en cuenta la perspectiva de género desde el momento mismo en el que son creados y el presupuesto es asignado. En este caso, por ejemplo, resultó claro que incluso si el gobierno invierte mas recursos en mejorar el sistema de reporte en las estaciones policiales pero sin mejorar la imagen de la institución entre las niñas, es probable que no se reciban mas denuncias que en la situación actual y las mismas sigan escondiendo sus problemas por miedo a acercarse a los oficiales.

-Cuál es tu deseo con respecto al futuro de los niños y niñas en Tanzania?

Como también para los chicos que están en situación de riesgo y abuso en Argentina y en todos los países del mundo, mi deseo es que haya más profesionales que se dediquen día a día a mejorar su situación y a prevenir que se conviertan en victimas de adultos abusivos. Mejorar la situación no es solamente prepararse técnicamente e implementar proyectos complejos, sino sobretodo escucharlos, entender su realidad y crear soluciones realistas, que puedan llevarse adelante usando los recursos económicos y humanos disponibles, pero que miren mas allá y que se animen a innovar. Este sector necesita innovación y gente que se anime a generar cambios institucionales que sean perdurables en el tiempo.